viernes, 4 de marzo de 2016

Y allí están los muy inconscientes ¡Haciéndose carantoñas y viviendo en una tienda de campaña!...


Mohamed y Ouafe son una joven pareja que se ha instalado en una tienda de campaña en las afueras del CETI de Melilla. Pertenecen a ese colectivo cada vez más numeroso de personas, que por razones muy justificadas, han tenido que desplazarse de su país y desde entonces no han encontrado un lugar que les acoja, un lugar en el que asentarse.


Mohamed es de Tartús, es sirio y Ouafe es de Rabat, es marroquí.

Pasan el día dando paseos junto al CETI, cogidos de la mano casi siempre y haciéndose carantoñas el uno al otro, ajenos a que son ellos los que  tienen en jaque a las fronteras de Europa, la movilidad en el espacio Schengen, ellos son los que han provocado acuerdos anti natura entre las democracias del norte y las dictaduras del sur. Han cambiado políticas nacionales y políticas globales, están defenestrando a líderes políticos a los que ni la recesión económica hizo estornudar, han avergonzado a los hipócritas, han puesto en cuestión la aplicación de las normas internacionales de Asilo y DDHH en la zona paradigma de los mismos: La UE…  y hasta han conseguido que la OTAN desplace barcos en el Mediterráneo.

Y allí están los muy inconscientes… ¡Haciéndose carantoñas y viviendo en una tienda de campaña!... Haciendo apología de lo humano y mostrando su dignidad con una irreverencia absoluta ¡Dinamitando el sistema!

Mohamed tiene varias edades, como corresponde a ese colectivo de millones de personas que no tienen sitio en este mundo, en su pasaporte es menor de edad pero realmente tiene 19 años. Su familia decidió marcharse de Siria cuando los bombardeos destrozaron el pequeño restaurante que regentaban. En total eran 8 miembros que tuvieron que hacer un largo recorrido durante varios meses: Líbano, Argelia, Túnez, Argelia otra vez, Marruecos… Lograron entrar a Melilla el pasado mes de octubre.

Mohamed fue el último de la familia en pasar la frontera de Beni Enzar. En Marruecos solo les quedaba dinero para pagar a las mafias parapoliciales marroquíes el paso de tres personas. Los demás tuvieron que pasar a las bravas pagando con: arrestos, detenciones y golpes. A Mohamed se le transforma la cara cuando cuenta que un día lo metieron en un calabozo junto a otros tres sirios y una mujer, con ellos entraron también cinco policías que no pararon de golpearles durante un buen rato. Todos intentaban proteger a la mujer pero… ¡Entonces les pegaban más!

Sin cambiar la expresión seria de su cara sigue relatando que todos los problemas empezaron cuando se les acabó el dinero. Habla de mujeres y niños que estaban en la calle sin agua ni comida, esperando poder colarse algún día en Melilla, cierra los ojos y baja la cabeza haciendo gestos de reproche y rabia.

A su lado Ouafe le coge la mano y nos dice que conoció a  Mohamed en Rabat.

Ouafe estudiaba en la universidad para ser profesora de inglés pero su familia apañó su boda con un hombre mayor. Entonces se unió a Mohamed y su familia y se puso en camino con ellos hacia la frontera de Melilla.

Ouafe fue la primera en pasar la frontera, lo consiguió en el segundo intento sin gran dificultad al ser marroquí y  al llegar al lado español pidió asilo.

En Noviembre la familia de Mohamed fue autorizada a salir de Melilla ¡pero no Ouafe! Mohamed no quería irse, quería quedarse con ella pero le obligaron a irse porque según su pasaporte era menor de edad y debía marchar con la familia. Ouafe quedó entonces sola, interna en el CETI esperando la resolución de su solicitud de asilo hasta que a principios de febrero recibió la notificación negándoselo y fue expulsada del CETI, quedando en la calle.

Mohamed cogió inmediatamente un autobús en Bruselas y recorriendo media Europa, volvió a Melilla para reunirse con ella… 



Y allí están los muy inconscientes ¡Haciéndose carantoñas y viviendo en una tienda de campaña!... Haciendo apología de lo humano y mostrando su dignidad con una irreverencia absoluta ¡Dinamitando el sistema! ¡Invencibles!