domingo, 17 de enero de 2016

"YUNWA" Traducción al castellano: "EL HAMBRE"


Hausa” es el idioma que hablan unos 40 millones de personas en la zona del Sahel.

Yunwa” es un sustantivo de dicho idioma cuya traducción literal es: “hambre”.


A pesar de la traducción literal: “Yunwa” “el hambre” tal y como la conocemos en Europa, el concepto que tenemos de ella, y su sentir, poco tiene que ver con la gravedad, consecuencias y extensión con las que Yunwa se señorea por todo el Sahel y otras zonas extensas del planeta.

Mi primer contacto con “Yunwa” fue en un hospital en el norte de Burkina Faso. Nos presentó una señora de la etnia Peul de nombre Hawe, de 31 años aunque que parecía tener muchos más. Envuelta en una tela del mil colores, extremadamente delgada, elegante, y transmitiendo una dignidad infinita se apretaba el pecho con fuerza para sacar una gota de leche con la que alimentar a su hijita que mantenía en brazos ¡Una gota de leche imposible!

Hawe me miraba fijamente a los ojos con desesperación y resignación al mismo tiempo. Intentaba hacerme entender apretujándose el pecho, lo que era evidente: “Yunwa” les había pillado a ella y a su niñita… ¡y allí estaban las dos!... Absolutamente frágiles, absolutamente tristes, casi sin fuerzas para seguir buscando esa gota de leche ¡Sin esperanzas!

Afortunadamente para ambas, la dirección del hospital nos informó que desde que se abrió el centro especial de recuperación que gestiona Médicos del Mundo la mortalidad que provoca Yunwa ha descendido del 17% al 3% de los ingresos hospitalarios. La mayoría de las muertes se producen entre las 24 a 48 horas siguientes al alta en el hospital y en casos prácticamente irreversibles donde a la desnutrición grave viene acompañada de otras complicaciones: Diarreas, malaria, VIH… también en estado avanzado.

 Hawe y su hija ya habían pasado esas horas críticas y su estado seguía una evolución favorable pero Hawe no dejaba de pensar en lo que le dijo el curandero  de su aldea “debería tomar unas infusiones de hierbas porque alguien le había hecho mal de ojo a la niña y por eso estaba malita” pero la niña no mejoraba con las hierbas y por eso estaba en el hospital pero…


Es la época de lluvias y en estos meses Yunwa se crece y muestra toda su crueldad. Casi toda la población del Sahel vive de la agricultura y es el momento de cultivar la tierra, por eso muchos pequeños que estaban en tratamiento se han ido ¡no están! Las mujeres se han marchado para garantizar la supervivencia del resto de la familia cuando llegue la estación seca. Hay que obtener una cosecha más o menos suficiente de: sorgo, mijo, maíz o cacahuetes, dependerá de la climatología pero que no llega casi nunca para comer todo el año ¿Pero qué otra cosa pueden hacer? Y aunque fuera una buena cosecha: El sorgo, el mijo,  el maíz o los cacahuetes ¿podrán cubrir todas las necesidades nutricionales de la familia doce meses?

 ¿Pero que otra cosa pueden hacer?

 En octubre volverán al hospital porque la cosecha no se ha recolectado todavía y la despensa del año pasado ya se acabó hace tiempo.  Las madres casi no han comido para que puedan comer, un poco al menos, el resto de la familia… pero si las madres no comen no dan leche para los pequeños, ya de por sí desnutridos... En octubre la situación de los pequeños será  crítica.

La desnutrición en el Sahel es un fenómeno multifactorial, como en todos los lugares donde se da. La situación de pobreza extrema es la base de todo, la no existencia de nada que comer es una realidad cada día, una forma de vivir. En una región donde el cambio climático está haciendo estragos las cosechas son cada vez más escasas, la agricultura no es una prioridad para el gobierno, el sistema de salud es débil, las grandes corporaciones mineras de las potencias extranjeras expolian hasta el último gramo de oro y uranio, la especulación de las grandes corporaciones que controlan los alimentos de primera necesidad no tiene límites…

¿Qué puede hacer ante esto una mujer Peul? ¿Dos mujeres Peul? ¿todas las mujeres Peul?¿ Todos los hombres, mujeres y niños Peul?


Es difícil contener la indignación que uno siente al ver como Yunwa se señorea al pié de grandes minas de oro gestionadas por multinacionales de una determinada nacionalidad, que pertenecen a una corporación de otra nacionalidad distinta, que tienen su sede en un tercer país….

Es difícil contener la indignación cuando buscamos la obra social que realizan dichas empresas y encontramos que fomentan la construcción de instalaciones deportivas en los países ricos del norte en los que están registradas.

Y allí estaba Fátima, la abuela de Tamini, de 8 meses nada más. Y también habían dos enfermeras sentadas, como trabajando en una mesa.

Fatima estaba de pié, al lado de Tamini, y Tamini estaba totalmente envuelta en una de esas bonitas telas de colores porque acababa de morir,  todavía no hacía una hora que había ingresado en el hospital. La abuela miraba a las enfermeras sin decir nada, esperando que hicieran algo más de lo que habían hecho ya ¡o que le dijeran que solo estaba durmiendo! Las enfermeras hacían como si estuvieran concentradas en algo encima de la mesa: impotentes, tristes, tragando saliva, incapaces de dar una respuesta a la abuela ¡Yunwa había ganado otra vez!


Tamini, envuelta en su tela, con toda su dignidad. ¡Todas con toda su dignidad! Nadie dijo nada, no hacía falta decir nada.

Después de media hora la abuela solo llegaba a balbucear en francés: “tres días nada más”… Tres días desde que Tamini se puso malita hasta que llegó al hospital.

¡Tenía que pasar! las estadísticas lo decían. Tamini forma parte de ese tributo del 3% de niños que mueren normalmente antes de 48 horas tras ser ingresados. Es el inevitable impuesto que hay que pagar a Yunwa, el coste del expolio, de la especulación alimentaria, de la inacción de todos.